sábado, 17 de septiembre de 2011

LEYES DE DIOS


LEYES DE DIOS

CUARTO MANDAMIENTO:
HONRARAS A TU PADRE Y A TU MADRE

El Artículo 4
El cuarto Mandamiento
¨ Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar ¨ (Ex 20, 12).

El señor Jesús recordó también  la fuerza de este mandamiento de Dios (Mc7, 8-13) el apóstol enseña: Hijos, obedeced a vuestros padres en el señor; porque esto es justo. ¨ Honra a tu padre y a tu madre ¨, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: ¨ para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra ¨ .

El cuarto mandamiento encabeza la segunda tabla. Indica el orden de la caridad. Dios quiso que, después de El honrásemos a nuestros padres, a los que debemos la vida y que nos han transmitido el conocimiento de Dios. Estamos obligados a honrar y respetar a todos los que Dios, para nuestro bien, ha  investido de su autoridad.

El cuarto mandamiento se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres, porque esta relación es la más universal. Se refiere también a las relaciones de parentesco con los miembros del grupo familiar. Exige que se de honor, afecto y reconocimiento a los abuelos y antepasados.

El cumplimiento del cuarto mandamiento lleva consigo su recompensa: ¨ Honra a tu padre y a tu madre para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te va a dar ¨  (Ex 20,  12; Dt 5, 16)  La observancia de este mandamiento procura con los frutos espirituales, frutos temporales de paz y de prosperidad. Y al contrario, la no observancia de este mandamiento entraña grandes daños para las comunidades y las personas humanas.

La familia es la comunidad en la que, desde la infancia se pueden aprender los valores morales, se comienza a honrar a Dios y a usar bien de la libertad. La vida de familia es iniciación a la vida en sociedad.

La familia debe vivir de manera que sus miembros aprendan el cuidado y la responsabilidad respecto de los pequeños y mayores, de los enfermos o disminuidos y de los pobres.

La familia debe ser ayudada y defendida mediante medidas  sociales apropiadas. Cuando las familias no son capaces de realizar sus funciones.
Los otros cuerpos sociales tienen el deber de ayudarlas y de sostener la institución familiar. Con el principio de subsidiariedad las comunidades mas vastas deben abstenerse de privar a las familias de sus propios derechos y de inmiscuirse en sus vidas.



DEBERES DE LOS HIJOS

La paternidad divina es la fuente de la paternidad humana (Cf Ef 3, 14), es el fundamento del honor debido a los padre y hacia su madre (Cf Pr 1, 8 Tb 4, 3-4), se nutre del afecto natural nacido del vinculo que los une. Es exigido por el precepto divino (Cf Ex 20,21).

El respeto de los padres (piedad filial) esta hecho de gratitud para quienes mediante el don de la vida, su amor y su trabajo, han traído sus hijos al mundo y les han ayudado a crecer de estatura, en sabiduría y en gracia. ¨ Con todo tu corazón honra a tu padre y no olvides los dolores de tu madre.¨ Recuerda que por ellos has nacido. ¨ ¿Como les pagaras lo que contigo han hecho?¨ (Si 7, 27-28).

El respeto filial se expresa en la docilidad y la obediencia verdadera. ¨ Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección de tu madre ¨; en tus pasos ellos serán tu guía cuando te acuestes, velaran por ti; conversaran contigo al despertar (Pr 6 20-22). El hijo sabio ama la instrucción, el arrogante no escucha la represión, (Pr 13, 1).

Mientras vive en el domicilio de sus padres, el hijo debe obedecer a todo lo que estos dispongan para su bien o el de su familia, ¨ Hijos obedeced a todo a vuestros padres, porque esto es grato a Dios en el Señor. ¨  

Cuando se hacen mayores los hijos deben seguir respetando a sus padres. Deben prevenir sus deseos, solicitar dócilmente sus y aceptar sus amonestaciones justificadas. La obediencia a los padres cesa en la emancipación de los hijos, pero no el respeto que le es debido, el cual permanece para siempre. Este, en efecto, tiene su raíz en el temor de Dios, uno de los dones del Espíritu Santo.

El cuarto mandamiento recuerda a los hijos mayores de edad sus responsabilidades para con sus padres. En la medida en que ellos pueden deben prestarles ayuda material y moral en los años de vejez y durante sus enfermedades y en momentos de soledad o de abatimiento. Jesús, recuerda este deber de gratitud ( Cf Mc 7, 10-12).

El Señor glorifica al padre en los hijos y afirma el derecho de la madre sobre su prole. Quien honra a su padre expía sus pecados; como el que atesora es quien da gloria  a su madre. Quien honra a su padre recibirá contento de sus hijos, y en el día de la oración será escuchado. Quien da gloria al padre vivirá largos días, obedece al señor quien da sosiego a su madre (Si 3, 2-6).

Hijo cuida a tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la cabeza, se indulgente, no le desprecies en la plenitud de tu vigor. Como blasfemo es el que abandona a su padre. ¨ Maldito del Señor quien irrita a su madre. ¨ (Si 3, 12-13.16).

El respeto filial favorece la armonía de toda la vida familiar, atañe también a los relaciones entre hermanos y hermanas. El respeto a los padres irradia en todo el ambiente familiar. ¨ Corona de los ancianos son los hijos de los hijos ¨  (Pr 17, 6).
¨ Soportaos unos a otros en la caridad, en toda humildad, dulzura y paciencia ¨, (Ef  4, 2).      

     

DEBERES DE LOS PADRES

La fecundidad del amor conyugal no se reduce a la sola procreación de los hijos, sino que debe extenderse también a su educación moral y a su formación espiritual. El papel de los padres en la educaron ¨ tiene tanto peso que, cuando falta, difícilmente puede suplirse ¨  (GE 3). El derecho y el deber de la educación son para los padres primordiales e inalienables, (cf FC 36).

Los padres deben mirar a sus hijos como a hijos de Dios y respetarlos como a personas humanas. Han de educar a sus hijos en el cumplimiento de la ley de Dios, mostrándose ellos mismos obedientes a la voluntad del padre de los cielos.

Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Testimonian esta responsabilidad ante todo por la creación de un hogar, donde la ternura, el perdón, el respeto, la fidelidad y el servicio desinteresado son norma. El hogar es un lugar apropiado para la educación de las virtudes. Esta requiere de aprendizaje de la abnegación de un sano juicio, del dominio de si, condiciones de toda libertad verdadera. Los padres  han de enseñar a los hijos a subordinar las dimensiones e instintivas a las interiores y espirituales; (CA 36).
Es una grave responsabilidad para los padres dar. Buenos ejemplos a sus hijos, sabiendo reconocer ante sus hijos sus propios defectos, se hacen mas actos para guiarlos y corregirlos.

El que ama a su hijo le corrige sin cesar… el que enseña a su hijo, sacara provecho de el (Si 30, 1-2).    

Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos mas bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor, (Ef 6, 4).

Tomado de:
(De las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y Maria).       

Oneyda Cayetano Subervi
Presidenta-Fundadora
Fundación Oneyda Cayetano.

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