sábado, 27 de julio de 2013

ENTREVISTA A LA SEÑORA ONEYDA CAYETANO, POR EL SEÑOR AMILCAR ARROYO, PRESIDENTE DEL PERIODICO MOLINEGOCIOSUSA EN PENNSYLVANIA







Publicado por:

MOLINEGOCIOSUSA

Agosto 2012

Señor Amílcar Arroyo (Presidente del Periódico MOLINEGOCIOSUSA en el Estado de Pennsylvania, Estados Unidos).

Su preocupación por los ancianos la hace mover montañas.

Ella es Oneyda Cayetano Suberví

Todo en la vida tiene una razón trazada por Dios. Una llamada desde un centro de fotocopiado fue el inicio para conocer la encomiable labor que realiza Oneyda Cayetano Suberví a través de su fundación del mismo nombre. El slogan de su fundación: ¡LA GLORIA DE LOS JOVENES ES SU FUERZA Y LA HERMOSURA DE LOS ANCIANOS ES SU VEJEZ!

Oneyda estudia Comunicación Social en la Universidad O&M, tiene varios estudios técnicos así como en inglés, tiene escrito dos libros y ha disertado en varios talleres de trabajos y ha dado innumerables conferencias. Deseo compartir con ustedes esta labor de una hermana dominicana, y una fundación que les invito a conocer.

Por favor dame tu nombre completo

Oneyda Cayetano Suberví.

¿De dónde es usted original?

De la Republica Dominicana

¿Está de visita en Hazleton?

Sí señor.

¿Cuál es el propósito de su visita?

Mi propósito es visitar instituciones que puedan aportar con ayudas humanitarias para poder ayudar a los envejecientes de Republica Dominicana, los cuales están abandonados, están sumergidos en necesidades y nos vimos obligados a salir de nuestro país, ya que no tenemos el apoyo de los tomadores de decisiones, para buscar ayuda internacional y de todo aquel que esté dispuesto a apoyarnos.

¿Cuál es el propósito dentro de la Fundación Oneyda Cayetano y por favor descríbame un poco a que se dedica esta fundación?

Soy la presidenta y fundadora a la vez. Nos dedicamos a luchar por el bienestar de los adultos mayores de Republica Dominicana y si es posible hasta del mundo, porque todos, lamentablemente el mundo entero está lleno de adultos mayores abandonados por los hijos y por los gobiernos.

Entonces tratamos de lograr leyes  y mejoría a nivel nacional, no para un grupito de 100 o 200, sino que sea a nivel nacional, que todo el que es Envejeciente mayor de 60 años tenga leyes que les proteja y mejor calidad de vida en todo el sentido de la palabra y la sociedad.

¿Cómo le nació esta  inquietud, que le impulso a preocuparse por nuestros ancianos?

Desde niña siempre. A la edad de seis o siete años, cuando yo veía a un adulto cargando cosas, como fundas, sacos o mesas siempre me ofrecía a ayudarles y siempre lo hacía, cuando veía alguno triste o durmiendo en las calles me sentía muy mal, recuerdo a una señora como de unos 70 años de edad que vendía comidas fritas, frente a la Funeraria Blandino, al finalizar su labor pasaba por el frente en donde yo jugaba con mis amigas y primas y yo les pedía que por favor la ayudáramos, ya que siempre llevaba cajas en la cabeza y sacos todos muy pesados, y le ayudábamos por varias esquinas hasta que ella tomaba el Bus que la llevaría a San Cristóbal, un pueblo de mi país, me apenaba con mis amiguitas porque yo interrumpía el juego por ese momento, pero ellas me entendían. Y pasaban los años y todo igual o peor para los envejecientes, y en mis lugares de trabajos siempre les comentaba a mis compañeros mis penas y mis inquietudes por los ancianos, hasta que un día trabajando en el Despacho del Presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, uno de mis compañeros llamado Margarito Torres, me dijo: ¨pero Suberví, trabaja y crea una institución para que ayudes a los viejos¨, y de ahí en adelante decidí crear la Fundación con mi nombre que ha principio no lo llevaba pero en la institución de Industria y Comercio de mi país, no me aceptaban los nombres que escogía, por ser dizque genéricos y ellos mismos me crearon este, de acuerdo a lo quería hacer pero ellos le incluyeron mi nombre. 

¿Cuál ha sido su mayor logro dentro de la Fundación Oneyda Cayetano?

Lamentablemente en nuestro país por más que se quiera no se logra ese éxito que uno quisiera. Pero logramos que se hable del abandono de nuestros mayores por prensa y por todos los medios, ya la sociedad los menciona y reconoce dicho mal en nuestro país, ni reconocían que ellos también tienen derecho a una vida digna. También hubo un comercial que ridiculizaba a los ancianos con caricaturas burlonas. Hicimos nuestra queja y gracias a Dios recibimos el apoyo nacional e internacional de EFE Agencia Española y de los medios de Republica Dominicana y se vieron obligados a retirarlo. También gracias a la Fundación Oneyda Cayetano, se habla y se conoce la Ley 352-98 Sobre Protección de las Personas Envejecientes, ya que esta ley existía desde el año 1998 y después de 16 años nadie conocía la misma. Ahora gracias a Dios todos alzan sus voces a favor del cumplimiento y respeto a la misma. 

¿Qué resultado ha obtenido ahora en su visita a Hazleton, se ha contactado con alguna organización local, o alguna organización Dominicana o hispana en Hazleton?

No. Ahora mismo  estamos preparando algunas comunicaciones para enviarlas ya sea vía correo o personalmente, pero hasta ahora  todavía no la hemos enviado.

¿Qué tiempo más se van aquedar acá en Hazleton?

Hasta el 10 de septiembre pero si logramos algún contacto podemos extender el tiempo.

¿Si alguna persona que lea esta nota desea comunicarse con ustedes, como lo puede hacer?

Todo aquel que se sienta conmovido, y sepa sobre estas necesidades que están pasando nuestros

 Adultos Mayores pueden contactarnos en Estados Unidos 1339 - 970 – 4077 y en Santo Domingo 1-809 848 - 7874 y el 1-809  237- 27 54, 1-809 – 974 -3250,  1-829-927- 4446. Y que Dios les bendiga y vamos a unirnos todos los Latinos, porque realmente no estamos bien, hay cosas que debemos cambiar.

¿Si algún anciano que lea esta nota los desea contactar con una queja de aquí o del país o ciudad de dónde viene, lo puede hacer?

Claro que sí, estamos abiertos a todos nuestros adultos mayores y vamos a lograr nuestra misión que es que los adultos mayores de nuestro país y del mundo reciban como seres humanos lo que merecen, Porque solamente por ser seres humanos deben de tener derechos, derechos que como sociedad no les hemos dado, se las hemos negado.

¿Tiene tal vez, la idea de formar un capítulo de su fundación aquí en Hazleton, en algún futuro?

Claro que sí, es mi sueño. Es mi sueño porque sé que en Estados Unidos, las oportunidades cuando usted menos las espera ahí están. Mire con usted mismo, desde que yo le dije que era presidenta de una fundación, usted de una vez me tendió su mano, Que Dios le bendiga.

Yo le agradezco, pero quien nos va a ayudar es la gente que lea esto, la gente que necesite. De nuevo la felicitamos. Cualquier cosa que la podamos ayudar, que la comunidad de Hazleton  la puede ayudar, con todo gusto que la llame a los teléfonos que nos indicó. ¿Tienen planeada alguna otra visita en el futuro, para estar más preparados a su llegada?

Tal vez en Enero. Pero quisiéramos extender el tiempo. Si tenemos contactos extenderemos el tempo, con Dios delante, sino pues para el próximo año.

También parte de esta entrevista es el esposo de Oneyda. ¿Por favor me das tu nombre?

Ernesto García,

¿Cuál es tu papel dentro de la fundación de tu esposa?

Yo colaboro con mi esposa, soy vocal y le doy el apoyo necesario en todo lo que tenga que hacer en relación con la fundación, porque entiendo que está haciendo una labor bastante loable.

Que bien. ¿Cuál es el futuro que le ves a esta fundación?

Realmente tiene un futuro si los gobiernos y la gente que tiene corazón nos da el apoyo, especialmente en República Dominicana, que es donde más necesitamos el apoyo, porque es la vía de ayudar a los envejecientes de nuestro país, y claro esta si podemos extenderlo fuera del país sería el éxito.

Este apoyo que tú nos dices Oneyda, ¿Cómo se expresa, se expresa en ayuda económica, se expresa en ropa tal vez, en medicamentos, en un hogar, como se expresa esta ayuda que necesitan?

Bueno, necesitamos todos los materiales que nos puedan brindar Ropa de vestir, medicamentos pero si puede ser un poquito más allá, económica, no es la obligación, es la necesidad de construir un hogar para nuestros envejecientes que están abandonados en las calles, que los dominicanos que viven allá los que los visitan de aquí de Estados Unidos, saben que en cualquier esquina se encuentran con un anciano pidiendo limosnas en las calles o durmiendo en cualquier acera, entonces es por necesidad. Queremos construir ese hogar de ancianos, que remos construir un Centro de Atención Integral, que tengan sus medicamentos, que tengan sus chequeos oftalmológicos y todos los estudios que requieren, ya que a esa edad necesitan de la salud, por lo que necesitan cuidados médicos.

¿Si esta nota la lee un doctor hispano aquí en Hazleton y desea colaborar con ustedes, creen que pueden aceptar esa ayuda, ese ofrecimiento? 

Sí. Toda la ayuda. Sería una bendición. Es una bendición que cualquier persona que se acerque a nosotros a apoyarnos lo vemos como una bendición de Dios, porque sabemos que Dios va a tocar muchos corazones.

Por favor envíele un mensaje a la comunidad hispana de esta área.

Quiero decirles a todos los latinos, que nos unamos, que cuando tengamos el conocimiento, de que nuestros conciudadanos están necesitados, ósea pasando hambre y necesidades, y nosotros gracias a Dios tenemos para vivir, podamos dar de lo que tenemos, y unir nuestras fuerzas tanto dentro como fuera de Estados Unidos. A los Dominicanos que van a República Dominicana, ellos saben, porque no es secreto para nadie. El país está difícil, pero la población de adultos mayores está peor y muy necesitada, ya que están abandonados por sus familiares y por el Estado Dominicano. Por lo que nuestra fundación constantemente le exige al gobierno cumplir con la Ley no. 352-98 Sobre Protección de las personas Envejecientes, porque nunca se ha cumplido y tiene 16 años de Promulgada.

Gracias Oneyda, Los felicito sinceramente. Les damos la bienvenida a Hazleton y por favor regresen, Ojala que regresen. Ojala que encuentren ayuda, Ojala que la encuentren.

Señor Amílcar, no tenemos palabras para agradecerle el apoyo que nos ha brindado desinteresadamente, aquí en Hazleton, en el  estado de Pensylvania en Estados Unidos.   

 

 

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